«In dubio pro reo»

No he llegado a nacer. Podría decirse que estoy muerto o que alguien interrumpió mi vida. Quizá sea la conciencia de mi madre o quizá sea su voz la mía.

Sólo sé que mientras estaba en su barriga oía muchos gritos, ecos de golpes. Mi madre llorando…

Supongo que él lo había estado observando, no sé desde qué lugar oscuro y frío. Salían noticias referidas al monstruo en la televisión. Así le llamaban: «el monstruo».

Yo sólo creo que intentaba salvar vidas con el poder de la muerte. Yo, al menos, me siento salvado. Pero no se lo agradezco, ya me las pagará.

Era un sábado por la noche. Mi padre había salido, como de costumbre, a la taberna de abajo. Volvería borracho a casa, al lado de mi madre. Le pegaría y yo sentiría un dolor punzante en el corazón que, si hubiera nacido, acabaría derivando en un ataque cuando contara 36 años de edad. Hubiera sido divertido y macabro.

El objetivo del «monstruo» era matar a las madres en estado de buena esperanza cuyos hijos fueran a vivir en un ambiente lleno de violencia y maltrato.

Esa noche, sería la última para los tres.

Un sable atravesó de parte a parte a mi madre, a mí.

Todo se volvió confuso.

Yo ya no era la criatua que esperaba mi madre y me sentía como si me hubieran echado una placa de cemento en el pecho. Mi respiración se ahogaba por momentos. Vino la oscuridad.

Al día siguiente, las portadas de todos los periódicos rezaban el titular: EL ÚLTIMO ASESINATO DEL MONSTRUO. Relataban que, poco después de atacar a su víctima, había muerto de un paro cardíaco a la edad de 36 años.

M. L. F.

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50 comentarios en “«In dubio pro reo»

  1. Disculpa no encontraba donde podría dejarte un comentario, Sabes? tienes una prosa exquisita y convincente digna de tu inductor a las letras, sin embargo es tu poesía, la que me ha llenado el alma, en su forma y sentido. Gran cronista con una sensibilidad envidiable.
    Te felicito
    Un abrazo!

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  2. Muy buen relato. El monstruo que a través de la muerte intenta salvar vidas. Intenta acabar con el dolor de una vida de maltrato, maltratados y maltratadores. Has expresasado perfectamente, en mi opinión, un razonamiento psicopático. Te felicito ese ejercicio de desdoblamiento en la escritura.

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  3. Los niños perdidos, esos niños que tuvieron una infancia terrorífica y que no saben que el futuro les deparará más sufrimiento. Niños sensibles, malogrados casi todos.
    Has escrito algo para leer infinitas veces, para sacar y sacar y no llegar al fondo.

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