Límites inciertos

En un bar de A Coruña cuyo nombre no me da la gana de decir…, tres señoras se sientan en una de las mesas de la terraza del mismo.

Imposible para mis oídos no quedarme con la conversación que mantienen con la camarera nada más aposentar sus cuartos (más que cuartos, enteros, todo hay que decirlo) en las respectivas sillas despojadas de calor humano hasta ese momento.

Hablando entre ellas, una salta: 

– ¿El sol se está yendo o se queda?

La camarera muy educada en todo momento:

– Si quieren sol tienen esas mesas.

– Pero en esas mesas hace viento. ¡Queremos sol sin viento!

– Ah…, no pasa nada, les traigo el sol y se lo pongo aquí y ya está todo solucionado.

M. L. F.

33 comentarios en “Límites inciertos

  1. Me meo ( con perdón) Al leerlo parecía como si estuviese ahí escuchándolas. La de señoriñas que me he topado yo así y la de veces que me he mordido la lengua para no decirles algo porque quedarían persignándose un buen rato :’)

    Un saludiño!

    Le gusta a 1 persona

  2. Yo les hubiese respondido afirmativamente a ponerles sol sin viento, pero que eso tiene un coste adicional de 300 euros por cabeza más impuestos, y una declaración jurada de que no volverán a dejar el cerebro en casa cuando salgan de paseo.

    Le gusta a 2 personas

Deja un comentario